Si es mejor ayudar con los deberes o no es una duda muy frecuente. Tememos implicarnos demasiado y hacerles dependientes, o tememos dejarlos solos, que se pierdan y no sepan resolver y pueden llegar a perder el curso o el hilo de la clase.
Si nuestro hijo o hija se pone solo a hacer los deberes, sabe lo que tiene que hacer y lo hace rápido y sin que tengas que preocuparte, perfecto, no hace falta que hagas nada más, ni siquiera que leas lo siguiente, si ya lo hace de forma autónoma, déjale así. Lo habitual es que no lo hagan, para estos casos es este artículo.
Y como siempre, el término medio es la mejor solución, pero con matices por edades. No es lo mismo cuando tienen 6 añitos que con 16, la clave es la edad y el cómo de esa ayuda.
Cuando aún no tienen la lectura bien instaurada, silabean, o les cuesta comprender el texto, como en primero de primaria (que es normal en esa edad), necesitan alguien que les ayude a comprender lo que tienen que hacer y esté presente para que les guíe.
Después de leer el enunciado le preguntamos qué han entendido, qué tienen que hacer, y pueden releer hasta que lo saquen y después hacer la tarea. Si se frustran mucho podemos decírselo después de que lo haya intentado y se haya esforzado, no hay problema por eso, es un proceso, terminará entendiendo los enunciados, lo importante es que se esfuerce e intente hacerlo por sí mismo. Poco a poco lo irá haciendo mejor.
Durante toda la primaria, al menos hasta 5º, les ayuda mucho nuestra presencia, aunque no resolvamos nada de sus dudas, o no necesiten una ayuda más activa, el mero hecho de estar presentes hace que se centren mejor, se concentran mejor y pierden menos tiempo. Es mucho mejor que estén 20 minutos con las cuentas con mamá al lado que le va centrando la atención, que dejarlos solos haciendo las mismas cuentas y que estén más de una hora levantándose, mirando al techo, etc.
Debemos recordar al acompañar los deberes que no les apetece (en general, aunque siempre hay excepciones), que se van a despistar, que hasta se aburren… y eso es normal, no es ningún problema. Acompañar con paciencia ese rato es importante, mantener la calma y servir solo de guía para centrarles en lo que están haciendo.
La desventaja que tiene esto es que quien se aburre mirando como hacen las cuentas es el adulto, va mirando como pasan los minutos y vemos como pierden el tiempo. Ahí es cuando empieza el problema porque perdemos la paciencia, podemos llegar a enfadarnos y eso lo retrasa todo, empeora la relación y van asociando hacer los deberes con mal rollo. Así que mi recomendación es llegar algo para estar allí: un libro (que después nos quejamos de que no tenemos tiempo de leer) la calceta… lo que te apetezca, pero no pantallas. Deja también tu móvil fuera mientras hacen los deberes.
Si ya están en secundaria, ya tienen capacidad cognitiva suficiente para organizar varias asignaturas, tareas diferentes, y centrarse un poco más. A partir de secundaria el estudio ya tiene que ser individual, autónomo y en un espacio propio. A partir de los 12 años ya pueden hacerlo solos, sin ayuda y hacerlo bien.
Con el programa Estudiar con sentido tendrán toda la ayuda necesaria para aprender a hacer solos todas sus tareas si no saben hacerlo. Veremos todos los aspectos del estudio para que tengan un buen hábito y tengan recursos suficientes para todas sus asignaturas.
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